10 marzo 2019

LA PROCESIÓN DE LOS SALZILLOS DE 1761


Aunque esta costumbre se ha perdido en Murcia, tradicionalmente las procesiones de Semana Santa entraban a la Catedral haciendo parte de su recorrido por sus naves.

Por este motivo, en 1761, cuando la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno saca a la calle el paso de “La Cena”, obra de Francisco Salzillo, para sustituir el de “La mesa de los Apóstoles” (1700) de su padre Nicolás, hubo de pedir permiso al Cabildo “para que el paso nuevo de La Cena que se ha construido este año, que por su magnitud entra con dificultad y peligro por la puerta acostumbrada de la procesión de Viernes Santo, pueda pasar solamente por la mayor llamada de “Los Perdones”.

Finalmente el Cabildo accede a la petición pero “sin que sirva de ejemplo a otros que deberán seguir entrando por la puerta acostumbrada”.  



LA LLEGADA DE LOS REYES CATÓLICOS A LA CIUDAD DE MURCIA

El 12 de abril de 1488 los Reyes Católicos se encontraban en Valencia y desde allí enviaron una carta y a “Juan de Guzmán y Luis de Aguirre, nuestros aposentadores” para que organizasen junto con el Concejo la estancia de los reyes y de toda la corte en la ciudad.

El 25 de abril, el pregonero, Juan Fontes, anunciaba por las calles de la ciudad que, al día siguiente, “sábado, antes de comer” los reyes llegarían a la ciudad. En el mismo bando se instaba a todos los vecinos a que saliesen “a recibir a sus altezas al llano de Churra”. Los caballeros irían con el Adelantado don Juan Chacón y los peones con sus armas “lo mejor aderezados que pudiesen”. Serían multados aquellos que no acudiesen.  

Por fin llegó el esperado día. El 26 de abril de 1488 la comitiva real se acercaba a Murcia por el camino que bordean los castillos de Alharache y Monteagudo hasta llegar a la muralla del arrabal de la Arrixaca la cual atravesaron por la Puerta de Molina en el actual Jardín de la Seda. Desde allí, siguiendo aproximadamente la actual calle de Mariano Girada, llegaron hasta la puerta de Azoque en el cruce de las calles Santa Teresa y San Nicolás.



Allí fue donde el concejo con el corregidor Juan Cabrera a la cabeza recibieron a los reyes al tiempo que  le pidieron que “obiesen por bien de jurar que guardarán y farán guardar y mantener a esta dicha cibdad de Murcia todos sus privillejios, franquezas e libertades que tienen”. Así lo hicieron los monarcas sobre un misal.

Tras este acto continuaron su camino hacia la Catedral por las actuales calle de San Nicolás, Plaza de Santa Catalina, plaza de San Bartolomé y Trapería, hasta llegar “a la Yglesia Mayor de Santa María, donde se apearon”.



Sobre las cuatro de la tarde llegó a la ciudad el príncipe Juan que ya tenía su propia corte.


El 28 de julio salían los Reyes de Murcia camino de Orihuela. Desde allí pasaron por Villena, Yecla y Chinchilla. El 10 de agosto ya habían abandonado el Reino de Murcia dirección a Valladolid.