30 diciembre 2019

VISITA DE MENÉNDEZ PELAYO A MURCIA


Los días 3, 4 y 5 de abril de 1898 visitó la ciudad de Murcia el escritor e historiador don Marcelino Menéndez Pelayo.

Llegó a la ciudad el domingo 3 de abril por la mañana en el tren correo de Madrid siendo recibido en la estación por el gobernador civil, por el Conde de Roche, en cuya casa de la Plaza de los Apóstoles se hospedó,  y otras personalidades de la vida política y cultural murciana.

Sabemos, por lo que nos cuenta El Diario de Murcia, que al día siguiente pudo visitar por espacio de dos horas el Belén de Salzillo, propiedad por aquella época de la Marquesa de Salinas que lo guardaba en su palacio de la calle Riquelme quedando maravillado el escritor cántabro por la belleza de las piezas salidas de las manos de Salzillo.

Fue acompañado en esa visita, entre otros, por el diputado y futuro ministro, el murciano García Alix y por su íntimo amigo el Conde de Roche.

Al día siguiente fue visitado por una comisión de profesores del Instituto presidida por su director D. José Santiago Orts; por otra comisión del cabildo eclesiástico y otra comisión de catedráticos del Seminario de San Fulgencio.

Al mediodía estuvo el Sr. Menéndez Pelayo en la Catedral, donde le esperaba un grupo de canónigos, los cuales le acompañaron en la visita que hizo a dicho templo y le mostraron las alhajas y obras de arte que atesora.

El día 8 de abril fue Viernes Santo y don Marcelino tuvo ocasión de contemplar la procesión de los Salzillo en todo su esplendor tal como nos informa José P. Tejera en la primera página de El Diario de Murcia del día siguiente.

El periodista no escatima elogios en su columna cuando se refiere al escritor uno de los españoles más inteligentes y autorizados en materias de arte bello y de ardua ciencia estética; (…) uno de los españoles más esclarecidos en el cultivo asiduo y fecundo de la docta literatura y de la alta critica”, “el varón más eminente de cuantos hoy en las Academias, en las Universidades y en las Escuelas españolas”




EL COLEGIO DE SAN LEANDRO


 Cuando paseamos por la Plaza de los Apóstoles podemos contemplar un edificio cerrando la plaza y flanqueada por las calles de San Antonio y de los Apóstoles.

Ese edificio que ha tenido infinidad de funciones a lo largo de su historia, fue en su momento el Colegio de San Leandro, fundación del Cardenal Belluga.


El 11 de agosto de 1747, el marqués de los Llanos envió al obispo y Cabildo una solicitud para que se hiciese efectiva la cláusula que desde Roma, en 1741, otorgó el Cardenal Belluga, para fundar un 
Colegio seminario para infantes que sirviesen diariamente en el coro de la Catedral.

En el Cabildo de 4 de enero de 1749 se acordó que, mientras se construía el edificio para el nuevo colegio, los doce colegiales ocupasen el Seminario de San Fulgencio llevando beca morada para distinguirse de los estudiantes de dicho seminario que la llevaban verde.

Pero el 27 de junio de ese mismo año se alquiló una propiedad del marqués de Espinardo que después de reparada fue ocupada por los colegiales y sus maestros el 25 de julio. El día 11 de julio fue nombrado rector del mismo al Arcediano de Lorca, don Alonso José de Mesa aunque dimitió pocos días después, el 19, siendo sustituido por el maestre-escuela don José Belluga y Vasco, sobrino del Cardenal.

Al año siguiente se compraron unas casas que había entre las calles de San Antonio y Ceballos que se demolieron y se construyó un nuevo edificio que quedó terminado el 28 de junio de 1774.

En la fachada del edificio podemos ver dos escudos y sobre el balcón una hornacina con la estatua de san Leandro con báculo y mitra. Sobre la hornacina un cartonaje de escudo con el grabado “Año de 1774”.

A principios del siglo XIX el colegio desapareció como tal teniendo a partir de ese momento infinidad de funciones como fonda, cuartel o más recientemente sede del periódico La Verdad o de alguna emisora de radio.

Actualmente solo se conserva la fachada y aun esta ha sido modificada añadiéndole dos pisos más.






27 diciembre 2019

EL PALACIO EPISCOPAL DE MURCIA

El primitivo Palacio Episcopal no se encontraba donde ahora lo vemos sino justo enfrente en la manzana que delimitan las calles Salzillo, Azucaque, Polo de Medina y la Plaza de Belluga. Un arco-pasadizo lo unía con la Catedral para que el obispo pudiese ir de un edificio a otro sin bajar a la calle.

Desde principios del siglo XVIII comienza a presentar problemas por lo que ya los obispos Belluga y Ruiz de Montes ya comenzaron a ver la necesidad de edificar uno nuevo. Pero fue el obispo Juan Mateo López y Sáenz quien el 28 de agosto de 1748 bendijo la primera piedra del nuevo palacio en unos terrenos cedidos por Fadrique Vicente de Toledo, Marqués de los Vélez, y en los que antes se encontraba el Palacio del Adelantado. Las obras se iniciaron por el Martillo, continuaron con la fachada de la Glorieta para finalizar con la principal de la Plaza de Belluga.

El 11 de mayo de 1752 el obispo se trasladó a las dependencias que primero quedaron concluidas del nuevo Palacio aunque este estaba sin acabar. Allí falleció cinco meses después. Pero su sucesor don Diego Rojas y Contreras no cejó en el empeño y consiguió acabar la obra en 1762.

El costado izquierdo del Palacio es medianero con la Cárcel eclesiástica y con el Seminario de San Fulgencio con los que tiene comunicación interior.

En el Martillo se instaló la Biblioteca Episcopal inaugurada el 8 de octubre de 1787.



23 diciembre 2019

HUELGA EN LA FÁBRICA DE SEDA DE SAN DIEGO DE MURCIA


En 1911 tuvo lugar en Murcia una huelga de las hilanderas de la fábrica de seda de San Diego. Las trabajadoras enviaron una carta al director del periódico El Liberal, publicada el 26 de septiembre de ese mismo año, en el que exponían los motivos de la misma.  Esta son algunas de sus consideraciones y de sus condiciones de trabajo.

La jornada laboral comenzaba a las seis menos cinco y terminaba a las siete menos cuarto de la tarde (12 h y 40 minutos) si bien tenían 20 minutos para almorzar y 45 minutos para la comida del mediodía; es decir 11 horas y 35 minutos de trabajo efectivo.

¿Y del sueldo, qué podemos decir? Pues que “todo este trabajo es retribuido con el sueldo, por término medio, de 0,60 pesetas diarias, (pues si bien es cierto que hay algunas pocas que ganan 0,80 pesetas, la mayoría solo ganan 0,50)”.

Pero a esa cantidad hay que descontarle la cantidad de entre 40 a 90 céntimos de multa con que son sancionadas semanalmente, la mayoría por “estar distraídas”, “y ¡desgraciada de la que diga una palabra! pues es retribuida con un bofetón, o cuando menos con 8 o 15 días de arresto”.

Las hilanderas de San Diego finalizan su carta pidiendo "á nuestra primera autoridad, que, para evitar disturbios permanezca dicha fábrica cerrada y que una comisión del centro de Reformas Sociales y otras de personas sensatas, se informen y vean si es cierto lo que decimos y juzguen si es justo lo que pedimos y confiando en que seremos atendidas en nuestro ruego”.





22 diciembre 2019

PRIMERA BAJADA DE LA VIRGEN DE LA FUENSANTA A LA CIUDAD (1694)


Finales del siglo XVII. Era pastor de la diócesis desde 1685 el obispo don Antonio de Medina Chacón, personaje de tendencias dictatoriales y enfrentado al Cabildo catedralicio por su disparidad de opiniones en diversos asuntos, entre ellos, la competencia en la organización de procesiones.

En este ambiente nos encontramos cuando movidos por la sequía que asolaba el Reino se trasladó a la Virgen de la Arrixaca desde el convento de los agustinos a la Catedral.

Dado que la situación hídrica no mejoraba se estudió la posibilidad de retomar el tema de las rogativas por lo que el Cabildo pensó en bajar a la Virgen de la Fuensanta.

El 15 de enero de 1694 el obispo se enteró de las intenciones del Cabildo con la complicidad de los capuchinos. Inmediatamente fue advertido el Vicario de los Capuchinos de la negativa del obispo a dicho traslado; igualmente fue avisado de la prohibición el Cabildo y el Chantre a cuyo cuidado estaba la ermita del monte.

A pesar de todo la imagen se trajo a Capuchinos en la tarde del 16 de enero acompañada por una multitud de fieles. La procesión llegó al convento de Capuchinos (en el actual Barrio del Carmen) ya de noche y al día siguiente, después de Vísperas, fue trasladada a la Catedral.

Enterado el obispo excomulgó a algunos capitulares y al superior de los capuchinos y fueron privados de su facultad de confesar y predicar el resto de frailes aunque tras unas mediaciones les fueron retiradas las penas.

Tras el Setenario que se realizó en la Catedral, la Fuensanta fue devuelta en procesión al convento de los capuchinos presidida ahora por el obispo.

Parece ser que llovió e incluso nevó. Aunque en mayo la sequía persistía y se hubo de hacer nuevas rogativas primero con la Arrixaca y luego con la Fuensanta.

Un mes después se empezó a barrenar el cerro para iniciar la construcción de una nueva ermita que se concluiría en 1712. La fachada es de 1705 obra de Toribio Martínez de la Vega.

En 1702 hubo otro periodo de sequía y se volvió a las rogativas con la Arrixaca pero el 30 de diciembre fue devuelta a San Agustín sin que hubiese llovido. Se bajó a la Fuensanta depositándola en San Pedro y llovió copiosamente aumentando aún más el fervor de los fieles.

En 1731 fue llevada por última vez la Arrixaca a la Catedral y desde ese año la Fuensanta fue considerada única patrona de la ciudad.



16 noviembre 2019

MARIE CURIE EN MURCIA


Todos los lectores de estas letras conocen sin duda a Madame Curie, Premio Nobel de Física (1903) por sus investigaciones sobre la radiactividad y de Química (1911) por el descubrimiento del radio y el polonio.

Lo que quizá muchos no saben es que la gran científica visitó España en tres ocasiones y en una de ellas, invitada por el Gobierno de la República, pasó unas horas en Murcia.

Así fue. El 1 de mayo de 1931 madame Curie, “la esclarecida anciana” en palabras del redactor de “La Verdad”, pasó por Murcia acompañada por su hija Ève.

Pararon unas horas para almorzar en el Hotel Victoria donde fueron saludadas por el Gobernador Civil, señor Torres Roldán, el Secretario de la Junta Provincial de Turismo, señor Sobejano, por el rector de la Universidad don José Loustau y por los profesores universitarios Martínez-Moya y Ruiz Funes.

El Alcalde de la ciudad envió un lindo ramo de flores a las distinguidas señoras, que en coche oficial continuaron su camino rumbo a Valencia y Barcelona una vez finalizado el almuerzo y la visita de tan ilustres personajes.

06 octubre 2019

CONVENTO DE JUSTINIANAS DE MADRE DE DIOS DE MURCIA


Estaba finalizando el siglo XV cuando el deán don Martín de Selva y Valera, sacerdote con gran vocación fundacional, se propone crear un nuevo convento en la ciudad de Murcia.

Para conseguir su propósito hizo venir desde el Monasterio de Santa María de los Ángeles de Jaén a cuatro monjas dominicas.

Una vez en Murcia el deán pretendía que las monjas aceptasen las Reglas de los Canónigos de San Jorge in Alga de Venecia pero estas se niegan a aceptar unas constituciones distintas a las de su orden por lo que se quedan en Murcia pero fundando el Convento dominico de Santa Ana, las popularmente conocidas como “las Anas”. Era el año 1490.

No ha finalizado el año 1490 cuando el sacerdote decide continuar con su idea de fundar un convento con la Regla y Constituciones de la Congregación de San Jorge de Venecia fundada por San Lorenzo Justiniano. Escarmentado por el fracaso con las monjas jienenses esta vez las monjas fundadoras serán seglares encabezadas por la que sería la abadesa Teresa de Selva y hermana suya.

Las monjas se instalaron en unas casas posiblemente propiedad del deán.

Las obras del nuevo monasterio dieron comienzo el 18 de noviembre de 1490 aunque la Bula fundacional de Inocencio VIII es de 16 de diciembre de 1491. En ella se encarga al deán el gobierno del monasterio.

EL MONASTERIO EN EL SIGLO XX

El 14 de mayo de 1931 se incendió la iglesia de la Purísima, de los Padres Franciscanos y una talla de la titular obra de Salzillo.

Ese mismo día ante el temor de las monjas de Madre de Dios abandonaron durante un breve periodo de tiempo el convento alojándose en casa de familiares o amigos.

Con fecha de 25 de febrero de 1935 las monjas vendieron a José Coy Cerezo una parte del convento (unos 329 m2) concretamente la esquina que hacía el convento en las calles Madre de Dios y 
Contraste (ahora Pascual) donde levantó un edifico de cinco plantas.

Tras el inicio de la guerra, el 22 de julio de 1936 las monjas tuvieron que abandonar de nuevo el convento. Pocos días después fue asaltado y quemadas algunas imágenes y documentos.

Unos meses después, en septiembre, el Ayuntamiento continúa con su proyecto para abrir una nueva avenida en Murcia, la Gran Vía. Para ello tiene que expropiar parte del convento que obstaculizaba la apertura de esa vía. En el Libro de Actas Capitulares podemos leer sobre el “derribo en la nueva Gran Vía del Convento de Madre de Dios proyectándose la unión inmediata con el Puente Viejo”.

Una vez finalizada la guerra las siete religiosas de la congregación se instalaron en un piso de la calle Vinader, 13, al tiempo que vendían al Sr. Coy los restos del convento todavía de su propiedad, los colindantes con la Gran Vía en los que se levantaron la casa de los Meseguer-Bernal y la “Torre de Murcia”.

En la misma calle Vinader se encontraba el antiguo convento de la Congregación de María Reparadora ahora residentes en la calle Platería.

Las justinianas decidieron comprar los cinco edificios que constituían el convento de las Reparadoras y tras las necesarias obras de acondicionamiento ocuparon dicho espacio. La compra se efectuó el 24 de julio de 1940.

El 23 de abril de 1941 se inauguró la nueva iglesia oficiando la primera misa el capellán de la Comunidad don Valentín Tébar García-Valladolid.

Actualmente las monjas Justinianas tienen su convento en el Barrio del Infante junto al Parque de Bomberos.



03 octubre 2019

RELIQUIAS DE SAN FULGENCIO Y SANTA FLORENTINA

El 12 de octubre de 1593 Felipe II, desde San Lorenzo del Escorial, expidió una Carta Real informando al obispo Sancho Dávila que le habían llegado los cuatro huesos de San Fulgencio y Santa Florentina que había solicitado a la iglesia de Berzocana (Cáceres) y que compartiría con la Catedral de Murcia. Anuncia en la carta, que envía con el Guardián del convento de San Francisco de Murcia fray Diego de Arce, los huesos a Murcia en un cofrecillo de madera tumbado, aforrado de terciopelo carmesí y guarnecido de plata, “que es el mismo en que me enviaron las reliquias”.

El 2 de enero de 1594 llegaron las reliquias a Murcia entrando a la ciudad por la Puerta del Azoque escoltadas por fuerzas de los Tercios y conducidas por fray Diego de Arce.

Se celebraron grandes fiestas con procesión, arcos triunfales, altares, bailes y máscaras, así como autos sacros, justas poéticas, sermones, toros y juegos de cañas.

El día comenzó con una misa mayor tras lo cual el obispo, cofradías, gremios, ayuntamiento… marcharon a recibir a la comitiva que traía las reliquias. Una vez recibidas, el obispo las puso sobre un altar, abrió el cofre y sacó los tafetanes carmesí y verde en los que iban envueltos los huesos de los dos hermanos; los besó, adoró y mostró al pueblo que postrado, los adoró también.

Las reliquias volvieron a su cofre que fue llevado bajo palio hasta San Antón. La procesión continuó por San Andrés, calle Cadena, Puerta del Azoque, San Nicolás, Lencería y Santa Catalina. En esta plaza los mercaderes habían levantado un arco triunfal y un gran escenario donde se hicieron dos representaciones en honor de los santos.

Ese día san Fulgencio fue designado patrón de la ciudad (ahora lo es de la diócesis), dio nombre a la puerta de Cadenas de la Catedral por la que hizo su entrada en la misma y al Seminario.

Actualmente estas reliquias se encuentran a la derecha del  Altar Mayor de la Catedral de Murcia, desde la posición de los fieles.




29 septiembre 2019

LAS MONJAS CLARISAS CAPUCHINAS EN MURCIA


Todos hemos visto, cuando paseamos por el Malecón, junto al colegio de los Maristas, un campanario blanco que no es otro sino el del monasterio de la Exaltación del Santísimo Sacramento de las Madres Capuchinas. Aunque las monjas ocupan ese espacio desde tiempo relativamente reciente su presencia en Murcia se remonta a mediados del siglo XVII. Veamos algo de esa historia.

Era el día del Corpus de 1640 cuando tuvo lugar en Barcelona los terribles acontecimientos políticos conocidos como “Corpus de Sangre” en los que se llegaron a atacar diversas iglesias y profanar las hostias sagradas. Como consecuencia de estos hechos, el canónigo de la catedral Alejo de Bojados y Llul huyó hasta Zaragoza donde maduró la idea de fundar un convento dedicado al Santísimo Sacramento en desagravio por lo sucedido en Barcelona.

Estando en Zaragoza fue nombrado Inquisidor General del Reino de Murcia por lo que pensó en fundar en nuestra ciudad dicho convento.

Para ello le acompañaron en su viaje a Murcia la abadesa del convento de las capuchinas de  Zaragoza María Ángela Astorch y cuatro monjas más.

El Inquisidor compró unas casas en Murcia que sirvieron de convento inicial a las monjas siendo ocupado el 29 de junio de 1645, fecha pues de la fundación del convento.

Al finalizar 1646 ya eran 15 las monjas del monasterio causando graves problemas de alojamiento dado lo pequeño del espacio inicial del mismo.

Estas circunstancias se agravaron cuando en 1648 se declaró la epidemia de peste en Murcia. Este mismo año el Ayuntamiento “expropió” unas casas contiguas al convento para ampliar el solar del mismo.

En 1651, el 14 de octubre, tiene lugar la gran riada de San Calixto que obliga a las monjas a abandonar el convento y trasladarse al que la Compañía de Jesús tenía cerca; allí estuvieron unos días hasta que pudieron desplazarse hasta una casa que los jesuitas tenían en Santa María del Monte y donde estuvieron un año, hasta finales de noviembre del año siguiente.

Pero como el tema de las riadas, como ya sabemos, es un mal endémico de nuestra ciudad, un año después, en noviembre de 1653 se produjo otra gran avenida que sacó a las monjas de nuevo de su casa no pudiendo regresar hasta noviembre de 1654.

Unos años después, en 1664, se decide efectuar algunas obras que dignifiquen el lugar en el que viven estas monjas y se acomete la construcción de una iglesia para el convento obras que se prolongarán durante casi una década y media pues no finalizaron hasta febrero de 1688.

Aunque la iglesia estaba acabada, la ornamentación y la fachada tenían que esperar. En 1700 se colocó el retablo y el proyecto de fachada no se realizó hasta 1796, más de un siglo después.

Durante este tiempo se produjo el fallecimiento de la abadesa y fundadora, la madre María Ángela Astorch; había muerto en 1665. Al trasladar su cuerpo a la nueva iglesia se comprobó que se encontraba incorrupto por lo que aumentó la devoción hacia ella y el deseo de canonización. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1982. Su cuerpo incorrupto está expuesto en el convento del Malecón.

En el convento también está enterrado el escultor Francisco Salzillo.

Del monasterio nada queda en la actualidad. En los primeros días de la Guerra Civil fue saqueado por un grupo incontrolado aunque las obras de arte pudieron ser salvadas gracias a la “Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico de Murcia”.

El monasterio se encontraba en el espacio que hoy ocupa la Delegación de Hacienda, Gran Vía y primera manzana de la calle Maestro Alonso; estaba limitada al norte por la calle Acequia (actual Acisclo Díaz) al sur por la calle Capuchinas (actual Marcos Redondo) y por el oeste con calle Ordoño (actual Portillo de San Antonio).


22 septiembre 2019

LA REPÚBLICA Y EL CANTÓN MURCIANO. 1873


El 10 de febrero de 1873 abdicaba el rey Amadeo de Saboya proclamándose inmediatamente la República.

Tras el triunfo de esta, el 16 de febrero de 1873, Antonio Gálvez Arce, “Antonete” y sus hombres, que se encontraban escondidos en la sierra debido al conflicto de los quintos sucedido unos meses antes, entraron en Murcia entre aclamaciones.

En mayo se celebraron elecciones generales en las que Murcia eligió 10 diputados entre ellos a don Jerónimo Poveda, don José Cayuela y don Antonio Gálvez Arce.

Reunidas las Cortes y tras unos largos debates se eligió como modelo de Estado el de la República Federal pero los muchos problemas del país derivados de la guerra en Cuba y la guerra carlista fue dilatando en el tiempo la implantación de las medidas necesarias para que el federalismo fuese un hecho.

Esta demora hizo que los Batallones de Voluntarios Republicanos decidiesen por su cuenta constituirse en cantones en varias capitales de provincia y Gálvez intentó hacerlo en Cartagena. Allí los federales se hicieron con los castillos de Atalaya y Galeras.

En Murcia, el 12 de julio, don Saturnino Tortosa al frente de su compañía recorrió las calles de la ciudad proclamando el Cantón Murciano y tomando posesión del Ayuntamiento.

La Junta Cantonal presidida por don Jerónimo Poveda se constituyó en el Palacio Episcopal ya que el obispo residía, de forma provisional en Lorca.

Informado el presidente de la República don Francisco Pi y Margall, este pidió a los cantonales que cejasen en su actitud y confiasen en la República pero sin éxito.

Un enfrentamiento con la Guardia Civil destacada en Orihuela y el intento de ayuda a los cantonales valencianos fueron los hechos militares más destacables del Cantón Murciano.

El general Martínez Campos fue el militar encargado por el gobierno central para sofocar la rebelión del Cantón Valenciano. Tras conseguir su objetivo el general marchó con sus tropas hacia Murcia con la intención de repetir lo hecho en Valencia.

Una vez que llegó la noticia a Murcia el día 11 por la tarde gran cantidad de republicanos marcharon hacia Cartagena para mantener en esa ciudad la resistencia al poder central dado que las características geográficas de la localidad facilitarían dicho objetivo.

El día 12 de agosto llegó Martínez Campos a la ciudad poniendo fin a la existencia del Cantón Murciano en Murcia pues este continuó existiendo varios meses más en la ciudad de Cartagena.

Pero eso puede ser motivo para una próxima entrada en esta página.  

20 septiembre 2019

PEREGRINACIÓN DE LA VIRGEN DE LA FUENSANTA A ZARAGOZA (1940)


El miércoles 18 de septiembre de 1940 partió desde la estación ferroviaria de Murcia hacia Zaragoza, la Peregrinación diocesana con la imagen de la Virgen de la Fuensanta acompañada de numerosos peregrinos murcianos, autoridades y Ayuntamiento  para rendir homenaje a la del Pilar en conmemoración del 1900 aniversario de su aparición al apóstol Santiago.

A las seis y media de la tarde, a los acordes del Himno de la Coronación, salía la imagen con su manto verde a la plaza del cardenal Belluga donde sonó el Himno Nacional mientras que “millares de brazos se extendían” mientras vitoreaban a la Patrona.

Tras una breve parada frente al Ayuntamiento la procesión prosiguió por el Puente Viejo, Alameda de Colón y Paseo Corvera hasta llegar a la estación.

La Virgen fue colocada en el primer vagón del tren convertido en capilla, adornado con tapices y damascos.

A las 8 de la noche partía el tren rumbo a Zaragoza vía Madrid entre el clamor del público que fue a despedir a su Patrona.

Sobre las tres de la tarde del día 19 llegó el tren a Zaragoza.

La Virgen de la Fuensanta fue llevada en procesión presidida por el obispo de la diócesis hasta la Basílica del Pilar entre vítores a Murcia y Zaragoza y aclamaciones a las patronas de ambas ciudades.

Una vez en el templo ambas imágenes fueron colocadas frente a frente mientras el obispo de Cartagena hacía una ofrenda a la Virgen.


A las 8 de la mañana del viernes 20 se ofició misas simultáneas en todas las capillas del templo y se dio una Comunión general para los peregrinos. A las seis de la tarde se rezó el Santo Rosario.

El día 21, a las 10 de la mañana, se celebró un solemne Pontifical en el Altar Mayor ante una multitud que abarrotaba las naves de la Basílica.

Por la tarde, la comitiva murciana visitó la Basílica de Santa Engracia donde se encuentran los restos de la santa y de otros dieciocho mártires aragoneses. Desde esta iglesia los fieles murcianos marcharon hasta el Pilar por las calles zaragozanas rezando el rosario.

A las diez de la noche tuvo lugar la Hora Santa ante la Patrona de Murcia, “un acto lleno, de fervor”.  

El domingo 22 se produjo la visita del Nuncio de Su Santidad monseñor Cicognani que oró ante la imagen de la Morenica.

Y llegamos al final de la estancia de la Patrona de Murcia en tierras mañas. El lunes 23 a las cinco y media se despidió la Fuensanta de su anfitriona la Virgen del Pilar. Desde la Basílica la imagen fue trasladada hasta la Facultad de Medicina. Antes de partir, los peregrinos murcianos regalaron a la Pilarica un manto con el escudo de Murcia con sus siete coronas.

A las tres de la tarde del martes 24 de septiembre parte por fin el tren que retornaría a la Fuensanta a Murcia. Fue despedido por “autoridades civiles, militares, eclesiásticas,  jerarquías del Movimiento y una gran masa de zaragozanos”

A las once menos cuarto de la noche el tren llegó a la estación de Atocha donde era esperado por una multitud de fieles. La imagen fue bajada de su vagón y llevada a una capilla improvisada en la estación. A las doce menos cuarto el tren puso rumbo a la capital del Segura.

A las nueve de la mañana del miércoles llegó por fin el tren a la engalanada estación de ferrocarril de Murcia. Fue recibido por las autoridades y una multitud de murcianos dispuestos a aclamar a su Patrona.

Desde allí fue llevada en procesión hasta la Catedral por unas calles profusamente adornadas con treinta y dos arcos de flores. Desde distintos puntos del recorrido le fueron arrojadas flores así como desde varios aviones del Ejército que sobrevolaron la procesión. Un repique de campanas de todas las iglesias de la ciudad se unieron a la celebración así como una suelta de cien palomas a cargo de la Sociedad Colombicultura. 

El diario “Línea” cubrió la información de la peregrinación durante todos los días que duró la misma.  



07 septiembre 2019

AÑO DE FUNDACIÓN DEL REAL MURCIA


ANTECEDENTES

Quizá la primera noticia publicada en la prensa de Murcia haciendo referencia a la práctica del fútbol en la ciudad sea la aparecida en Heraldo de Murcia el 24 de enero de 1903 y en El Diario de Murcia del día siguiente.

“Los alumnos del Gimnasio Modelo que dirige nuestro amigo D. Francisco Medel, irán mañana, como el pasado domingo á la plaza de toros, donde jugarán al «Foot-Ball.»

El 16 de febrero, El Diario de Murcia, informa sobre un partido que han jugado los alumnos del Sr. Medel en el Tiro Nacional. El 26 de febrero se jugó otro partido en el mismo escenario entre el equipo encarnado y el blanco.

1ª FUNDACIÓN (1905)

Tras estas actuaciones de los alumnos del Gimnasio Modelo del señor Medel se formaliza la existencia de un club por primera vez en Murcia.

El 23 de febrero de 1905 ya debe existir un club puesto que se convoca a “los señores socios del Club Foot-Ball” a una reunión. El convocante es jugador y miembro de la directiva.

El 30 de abril de 1905 se celebró otra Junta general extraordinaria de esta Sociedad. eligiéndose por aclamación a la nueva directiva encabezada por D. Joaquín Amo.

Hay un parón de un año sin noticias periodísticas del club hasta marzo de 1906.

2ª FUNDACIÓN (27-3-1906)

Una fecha fundamental en la historia del fútbol en Murcia es la del 27 de marzo de 1906 puesto que en esa fecha el gobernador aprobó “los reglamentos de la Sociedad Foot-Ball Club, que los aficionados tratan de establecer en Murcia”. Así consta en el Registro de Asociaciones del antiguo Gobierno Civil.

En el mes de abril hay varias noticias del fútbol pero luego hay un “parón informativo” de dos años.

3ª FUNDACIÓN (mayo 1908)

En mayo de 1908 cuando se forma en Murcia una Sociedad Deportiva “con el objeto de propagar los beneficios del sport”.

4ª FUNDACIÓN (1910)

En enero de 1910 leemos en El Liberal que “con el título de Murcia Foot-Ball Club se ha fundado una sociedad que se propone fomentar principalmente la afición al foot-ball”.

Durante 1911 hay noticias de la disputa de varios partidos.

Desde mediados de 1912 no se lee nada del Murcia.

En abril de 1917 un equipo de Murcia juega contra el de Cartagena, pero este equipo debió desaparecer para resurgir a finales de año o principios del siguiente.

5ª FUNDACIÓN (1918)

En enero de 1918 se vuelven a programar partidos del Murcia FC. En abril de 1918 podemos leer que “…una sociedad como el Murcia FC, que con el poco tiempo que tiene de existencia…”.  “un equipo que lleva escasamente tres meses de juego…”.

Pero durante el verano de este año hay unas desavenencias entre el presidente del club, Alfonso Guillamón, y los jugadores de la plantilla por motivos económicos. El presidente, arrendatario del campo de la Torre de la Marquesa, decide cerrar el campo y disolver la sociedad deportiva.

6ª Y ÚLTIMA FUNDACIÓN (1919)

Como ya estaba en marcha el campeonato regional de la Federación Levantina y el club murciano había desaparecido los aficionados de la ciudad deciden fundar una nueva Sociedad.

Así, el 7 de diciembre de 1919 se funda el R. Levante Foot Ball Club como una entidad nueva y distinta de los anteriores club que pudiesen haber habido en la ciudad. Quedó inscrito el 8 de febrero de 1920.

La aprobación del Reglamento del Levante tuvo lugar el 26 de febrero de 1920

El 16 julio de 1922 tiene lugar una Junta General de la Sociedad Deportiva Levante presidida por Miguel Ángel Cremades. Es elegido nuevo presidente Alfonso Guillamón Conesa. El club pasa a denominarse Murcia FC porque el 24 de agosto leemos que “nuestro Murcia FC, que así se llama desde hace unos días”.

Por Real Orden de 5 de julio de 1923 el club obtiene el título de Real con lo que vuelve  cambiar de nombre.

CONCLUSIÓN

Según lo expuesto parece claro que desde los primeros años del siglo XX se practicaba el fútbol en la ciudad de Murcia y que a lo largo del primer quinto del siglo fueron varios los clubs que con el nombre de Murcia FC o similar se crearon en la ciudad pero también parece claro que uno tras otro fueron desapareciendo hasta la fundación del R. Levante F.C. en 1919 que nunca desapareció sino que cambió de nombre en 1922 (Murcia F.C.) y en 1923 (Real Murcia F.C.).

Por lo tanto hemos de concluir que el verdadero centenario de nuestro club se cumple el próximo mes de diciembre como sostiene Juan Antonio Garre Clemente en su exhaustivo estudio.

¿Asumirá el club esta fecha y conmemorará el centenario o seguirá considerándose  “heredero” del creado en 1908? ¿Y por qué no del Murcia de 1906 o 1905?



30 agosto 2019

CARLOS V EN MURCIA (1541)


En el otoño de 1541 el Emperador Carlos V organizó un ataque a las costas de Argel para acabar con el peligro que con frecuencia llegaba desde ellas hasta la península. Pero esta expedición fue un fracaso y las naves imperiales sufrieron un auténtico descalabro en octubre de 1541. El regreso a España hubo de esperar hasta el 23 de noviembre.

En esa fecha parte hacia las Baleares a donde llegaría el 13 de noviembre para desde allí poner rumbo a Cartagena arribando en la noche del 30 de noviembre al 1 de diciembre. Allí le esperaban el arzobispo de Granada, el obispo de Cartagena Juan Martínez Silíceo, el corregidor de Murcia Andrés Dávalos así como Francisco de los Cobos, comendador mayor de León, Contador mayor de Castilla y Secretario real. También el marqués de los Vélez, adelantado mayor del reino de Murcia, al que se le seguía negando su estancia en la capital.

Desde Cartagena se dirigió toda la comitiva real hacia Murcia. El 5 de diciembre de 1541 hizo su entrada en la capital Carlos V. Lo hizo por la Puerta del Puente, adornada con un arco triunfal; desde allí se dirigió por el actual Plano de San Francisco hasta la plaza Nueva ante la Puerta de Gil Vicente, y de aquí a la Puerta de Vidrieros (actual calle del Pilar), donde le esperarían ambos cabildos.

Allí, Francisco de Medina, Teniente de Corregidor agradeció a "su imperial persona" su presencia en la ciudad al tiempo que le solicitaba la confirmación de los fueros y privilegios de la Ciudad mediante "la solemnidad de juramento".  El rey contestó que: "Por cierto tenemos haver gozado y alegrado con nuestra venida y lo recevimos en servizio, y confirmaremos y juraremos los privilegios, buenos usos y costumbres, según que lo confirmaron y juraron nuestros antezesores y en lo de reposar en esta Ciudad sera el tiempo que se sufriere". A continuación, el deán Sebastián Clavijo le presentó los Evangelios "et una cruz" y ante ellos Carlos V hizo el juramento.

Tras esto se dirigió a la plaza de Santa Catalina y Trapería para llegar a la Catedral. De ella salió bajo palio dirigiéndose a las casas episcopales, que sería su lugar de estancia.

Permaneció en la ciudad hasta la mañana del día nueve que pernoctó en Cieza; el día 10 lo hizo en Hellín; el en Chinchilla; el 12 en Albacete y 13 en El Provencio al abandonar el reino de Murcia.

BIBLIOGRAFÍA:

CRISTINA TORRES-FONTES SUÁREZ. Visita de Carlos V a Murcia (5-9/XII/1541) 

29 agosto 2019

ALFONSO XIII EN MURCIA. 1903.


LUNES, 22 DE JUNIO DE 1903

Sobre las 5,57 h del lunes 22 de junio de 1903 el tren que trasladaba a Alfonso XIII a Cartagena hacía su entrada en la Estación de ferrocarril de Murcia

Ante el rey  desfilaron todas las representaciones de los organismos oficiales. Terminada la recepción, se  dió la señal para la partida del tren, apareciendo de nuevo en la ventanilla el rey, el Príncipe de Asturias y el Presidente del Consejo al Sr. Silvela.

SÁDADO, 27 DE JUNIO DE 1903

Casi una semana después el rey volvía a pasar por Murcia, ahora de regreso de Cartagena y rumbo a Madrid.

A la hora esperada ocupaban el andén las distintas comisiones oficiales.

En primer lugar se encontraba la Corporación municipal, en pleno, con maceros. También se encontraban representantes de la Diputación Provincial, Audiencia Provincial, Cabildo de la Catedral, varios diputados y senadores de la provincia, miembros de la Sociedad Económica de Amigos del País, Instituto provincial, Escuela Normal, Magisterio de la provincia, Academia de Medicina…

Tras llegar a la estación el rey se dirigió al coche que tenía preparado y que le llevaría hasta la Catedral donde oiría un “Tedeum”.

Desde la Catedral se dirigió la comitiva a la iglesia de Jesús por la calle de  Trapería, Platería, Santa Catalina, Lencería, Riquelme, Junco, San Nicolás, Santa Teresa, Sagasta, Nueva de San Agustín a la plaza del mismo nombre.    

Una vez en la iglesia y tras ser saludado por representantes de la Cofradía contempló maravillado las distintas imágenes de Salzillo. De aquí pasó a la iglesia de San Andrés donde admiró otras obras del imaginero murciano llevadas allí desde distintas iglesias con motivo de la visita real.

De aquí se dirigió hasta la fábrica grande de filatura de seda invitado por el director de la misma, el agente consular de Francia en Murcia. La fábrica se hallaba engalanada con banderas españolas y francesas y en el patio se había levantado un arco con madejas y capullos de seda.

La comitiva fue al Ayuntamiento en donde tuvo lugar la recepción oficial. En el vestíbulo esperaban el paso del monarca dos filas de señoritas con el traje típico. Al subir al primer piso un niño y una niña de unos siete años ofrecieron al Rey unos pequeños jarrones de flores y dos memoriales. El rey pasó al salón, tomando asiento en el trono que se había preparado, recibiendo a las comisiones oficiales que eran presentadas por el Alcalde D. Juan Rubio. Antes de la recepción se ha servido un espléndido lunch. Después de la recepción S. M., ante los aplausos y vítores continuados de la multitud, se asomó al balcón donde fue aclamado por la multitud.

Terminada la recepción, la comitiva regia se dirigió a la estación del ferrocarril desde donde continuaría su viaje hacia Madrid unas tres horas después de llegar a Murcia.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DON NICETO ALCALÁ ZAMORA EN MURCIA


El domingo 27 de marzo de 1932 a las 8 de la mañana inició su viaje desde Madrid el presidente de la República don Niceto Alcalá Zamora acompañado de los ministros de Obras Públicas y Marina. Tras siete horas y media de viaje llegó a Murcia a las 15,34 h.  Fue recibido por el gobernador civil, autoridades civiles y militares, el vicario general del obispado, el general de sexta división procedente de Valencia.


Desde la estación se dirigió al Ayuntamiento donde tuvo lugar una recepción en el Salón de Plenos.
Terminado el acto el Presidente se trasladó a la plaza de toros para asistir a una corrida con la participación de los maestros Antonio Bienvenida, Victoriano de Laserna y El Estudiante.

A las 22,45 h tuvo lugar la Fiesta Regional de la Primavera en el Teatro Romea al que asistió como mantenedor don Miguel de Unamuno y la Reina de la Fiesta junto a su Corte de Honor.

Tras esto hubo un baile en el Casino.

Después se retiró a descansar al Colegio Mayor Universitario, en el Barrio de Carmen, frente a la iglesia.

LUNES, 28 de marzo de 1932:

El Presidente lleva a cabo un recorrido por diversos lugares de la huerta comenzando por Espinardo. 

Posteriormente visitó la Estación Sericícola. En La Alberca, esperan al Presidente un grupo de señoritas con el traje regional. Una de ellas lee un manifiesto en el que denuncian la falta de escuelas en la huerta.

De regreso a la capital, se dirige la comitiva al Ayuntamiento presenciado desde el balcón central el desfile del Bando de la Huerta (13,30 h)

Terminado el Bando, el Presidente con las personalidades marcharon al Colegio Mayor para almorzar.

Por la tarde, a las 16,00 h. el Presidente visitó la iglesia de Jesús donde admiró la obra del escultor murciano Francisco Salzillo.

Asiste a una parte del partido de fútbol entre el Murcia y el At. Madrid

A las 8 de la noche, terminado el partido, visita el Museo Provincial donde admira el Belén de Salzillo.

Posteriormente el señor Alcalá Zamora se trasladó a pie desde la Plaza de San Bartolomé por las calles de Platería, Fermín Galán, Salzillo, Plaza de Santa María, Avenida del Catorce de Abril y Plano de San Francisco al Malecón.

A las 21h se organizó en la plaza de Santo Domingo el desfile del Entierro de la Sardina que el Presidente pudo contemplar desde una tribuna situada en la Plaza de la Cruz.

Finalizado el Entierro de la Sardina tuvo lugar un banquete en el Salón de Actos del Ayuntamiento, servido por “la Repostería del Casino”.

Tras presenciar la quema de la Sardina a las 12 de la noche el Presidente se retiró a descansar.

MARTES, 29 DE MARZO DE 1932

A las 10 de la mañana llegó Alcalá Zamora a la zona  donde se construirá el pantano de Camarillas.

Allí esperaban al Presidente diversas autoridades y responsables de la futura obra.

Tras una serie de discursos se procedió a inaugurar las obras del pantano.

De regreso a Murcia paró en Cieza dirigiendo la palabra a los ciudadanos desde el balcón del ayuntamiento.

A las 14,15 h ya estaba en Murcia donde almorzó.

Tras la comida el Presidente se dirigió al Parque Ruiz Hidalgo para participar en la Batalla de Flores.

Antes de que terminase la fiesta partió hacia Cartagena a donde llegó sobre las 19 h dirigiéndose a Capitanía desde cuyo balcón saludó a la población y presidió un desfile militar.

Tras esto tuvo lugar una recepción en el interior de Capitanía

A las 22h. hubo una fiesta homenaje a la República en el Teatro Circo con asistencia del presidente.

Finalizado el acto don Niceto marchó de nuevo a Capitanía donde se alojaba.

MIÉRCOLES, 30 DE MARZO DE 1932

El Presidente de la República parte desde Cartagena hacia Mallorca.





FRANCISCO FRANCO EN MURCIA (1946)


Los  días 21 y 22 de abril de 1946 una nueva riada asoló la huerta y ciudad de Murcia. Fue esta una de las grandes riadas que ha sufrido nuestra tierra.

Numerosos pueblos de la huerta sufrieron sus efectos traducidos en derrumbamientos de casas y destrozos en las tierras.

Apenas habían pasado 6 años desde el final de la Guerra Civil y Franco aún no había visitado la 

El viaje desde Madrid lo realizó en coche. A su paso por los distintos pueblos fue aclamado por la muchedumbre. Como el servilismo y la estupidez parecen no tener límite al cruzar Molina de Segura alguien colocó una pancarta en la que se podía leer: “Torrealta. Bendita sea la riada que nos trae al Caudillo”.

El general Franco llegó a Murcia el lunes 29 de abril sobre las tres de la tarde.

En el límite del término municipal se hallaban esperándole el Gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento, Cristóbal Gracia, y el ingeniero jefe de Obras Públicas de la provincia, Gabriel Cañadas. La comitiva entró por las Puertas de Castilla y siguió por Santa Teresa, Capuchinas, plaza de Romea y calle de José Antonio hasta llegar a la plaza de Belluga donde, según el diario “Línea”, las gentes “han casi estrujado al Caudillo”.  De allí pasó a la Catedral donde oró ante la Virgen de la Fuensanta que según la impresión del mismo periodista miró a Franco “con ojos de cariño”.
De la Catedral se dirigió Franco al Ayuntamiento donde el alcalde le impuso la Medalla de Oro de la Ciudad concedida un año antes.

Tras descansar unos minutos en el despacho del alcalde salió al balcón para dirigirse a los murcianos diciéndoles que la culpa de la riada había sido de la política practicada en los últimos 60 años incapaces de resolver los problemas de la comarca.

De Murcia marchó a Cartagena. Allí visitó las factorías militares, los depósitos del Canal del Taibilla, inauguró un Instituto de Enseñanza Media y oró ante la Virgen de la Caridad. También ofrendó una corona de flores en honor del “Castillo de Olite” hundido en 1939.

El martes 30, sobre las 16,45 volvió a pasar por Murcia procedente de Cartagena y dirección a Albacete. La ciudad seguía engalanada con un arco del triunfo en el Rollo y colgaduras en Floridablanca, Colón, San Pedro, San Nicolás…

A su paso por Cieza “más de 20.000 personas aguardaban su llegada” en la avenida Calvo Sotelo “profusamente engalanada con banderas y colgaduras”.

26 junio 2019

ISABEL II EN MURCIA. 1862


En octubre de 1862 Isabel II había iniciado un recorrido por varias provincias de Andalucía y la de Murcia previendo su entrada a la misma por Cartagena.

La comitiva real, compuesta por la reina, el rey consorte Francisco de Asís, el príncipe Alfonso y la infanta Isabel, llegó a Cartagena vía marítima procedente de Almería un 23 de octubre de 1862. Tras su estancia en la ciudad departamental, el día 24 partió la comitiva real hacia Murcia en tren realizando el primer viaje por vía férrea en la historia de la Región. El viaje se realizó por unas vías montadas de manera provisional para que la reina pudiera hacer el viaje. También eran provisionales las estaciones de Cartagena y Murcia.

A las 6,10 de la tarde llegaba el tren a la estación de Murcia. Desde la estación la reina se trasladó a la Catedral por unas calles engalanadas con arcos del triunfo y diversos adornos que el municipio colocó a lo largo del recorrido.

Tras su visita a la Catedral y un recorrido por algunas calles engalanadas de la ciudad pasó a alojarse en el Palacio Episcopal.

Al día siguiente, el sábado 25 oyeron misa en la Catedral. Tras un recorrido por el interior del templo la familia real se trasladó al Palacio Episcopal.

Allí, a las 13,30 h se llevó a cabo un besamanos al que asistieron “Señoras en trage redondo escotado y manga corta”.

Concluido el besamanos desfilaron ante la reina casi 200 señoritas de toda la provincia que ofrecieron canastillas con frutas y flores de la tierra.

A las dos de la tarde recibió a todos los alcaldes de la provincia y a unas jóvenes que le hicieron entrega de unos trajes de huertana.

Con motivo de la visita de la reina, la Diputación entregó 36 lotes de 5.000 reales a otras tantas huérfanas, cuya entrega hizo la reina.

Por la tarde visitó el Hospital de San Juan de Dios los tres establecimientos de beneficencia de la ciudad.

Por la noche desfiló el Entierro de la Sardina. La “mascarada” partió de la plaza de Santo Domingo y por Trapería, Cadenas, Puerta del Pozo y de los Apóstoles, llegó hasta plaza del Palacio donde estaba la familia real.

Al día siguiente, 26 de octubre visitó la exposición de obras de Salzillo que se montó en el convento de san Agustín. Al salir de la exposición le esperaba un coche que les llevaría a la Fuensanta.

Al regresar a Murcia y antes de recogerse en su lugar de alojamiento visitaron los conventos de las Agustinas y Teresas.

Uno de los acontecimiento más importantes de la visita real fue la inauguración del Teatro de los Infantes con la representación de la obra de Eguilaz “La cruz del matrimonio” interpretado por los hermanos Julián y Florencio Romea y las actrices Barrobianco, Sanz y Orgaz.

Aunque en distintos documentos se afirma que el teatro fue inaugurado el 25 de octubre desde estas líneas quiero proponer como el día de la primera representación teatral el domingo 26 de octubre de 1862 apoyando este dato en lo indicado en el “Boletín Oficial Estraordinario de la Provincia de Murcia” del viernes 24 de octubre donde se dice que se ha dispuesto la inauguración del teatro en la noche “del Domingo inmediato”, es decir, el día 26.

Según nos cuenta Frutos Baeza en su "Bosquejo histórico...", Isabel II donó entre distintas obras de beneficencia la cantidad de 372.000 reales.

El Ayuntamiento por su parte gastó con motivo de la visita real 700.400 reales.

La comitiva real partió hacia Alicante por la Puerta de Orihuela para dirigirse a Madrid donde llegaron el día 29 por la tarde. 





20 junio 2019

CEMENTERIOS DE MURCIA DESDE FINALES DEL SIGLO XVIII


Un punto de inflexión en cuanto a los enterramientos de difuntos se refiere lo marca la Real Cédula de 3 de abril de 1787 dada por Carlos III prohibiendo los enterramientos en las iglesias.

El hecho que movió al rey a emitir esa orden fue “la epidemia experimentada en la Villa de Pasage, Provincia de Güipuzcoa” en 1781 “causada por el hedor intolerable que se sentía en la Iglesia Parroquial de la multitud de cadáveres enterrados en ella”.

Esta epidemia y otras que se habían producido en otras provincias llevó al rey a pedir consejo sobre la mejor solución al problema.

Uno de los consultados fue el obispo de Cartagena. En su respuesta, favorable a sacar los cementerios fuera de las ciudades, reconoce que en la Catedral de Murcia con motivo de la limpieza del carnero “en donde se sepultan los mas de los difuntos de su Parroquia”, se hubo de celebrar los Divinos Oficios en la capilla del Palacio Episcopal debido al “aire corrompido, que havía infestado la Catedral”.

Seis años después el rey publicó la Real Cédula en la que se ordenaba la construcción de cementerios fuera de las poblaciones en sitios ventilados y distantes de las casas de los vecinos.

CEMENTERIO DE LA PUERTA DE ORIHUELA. 1796

En Murcia, obedeciendo al monarca se construyó  el “Cementerio de la Puerta de Orihuela” en el actual Barrio de La Paz debajo de donde hoy se levanta el Parque Infantil de Tráfico. Su construcción fue aprobada por el obispo el 11 de diciembre de 1795 siendo bendecido el 30 de octubre de 1796.
El crecimiento de la ciudad por la zona del barrio de la Trinidad hizo que apenas un siglo después el cementerio quedase prácticamente dentro de la ciudad planteándose la necesidad de la construcción de otro nuevo más alejado de la ciudad. El cementerio cerró en junio de 1887.

CEMENTERIO DE LA ALBATALÍA O DE LA PUERTA DE CASTILLA

Hay menos información sobre este cementerio pero parece ser que pudo ser inaugurado en 1811. Pudo estar situado al final del Malecón; hay quien recuerda que también se le conocía como el cementerio del Camino de La Ñora. También fue cerrado en 1887 al abrirse el nuevo cementerio de Nuestro Padre Jesús.

CEMENTERIO DE NUESTRO PADRE JESÚS (ESPINARDO). 1887

En 1882 el ayuntamiento, encabezado por su alcalde liberal Eduardo Riquelme constituyó una comisión para la construcción de un nuevo cementerio, hecho que la Iglesia se vio finamente obligada a aceptar tras llegar a un acuerdo en junio de 1883.

El Ayuntamiento encargó el proyecto para la realización del camposanto al arquitecto municipal Rodolfo Ibáñez. Tras un proyecto fallido se decidió acometer el firmado en octubre de 1883. Un camposanto de 270 m de fachada y 400 de profundidad, con espacio diferenciado para el enterramiento de suicidas, protestantes y niños sin bautizar, así como casa para los sepultureros, sala de autopsias, depósito de cadáveres, capilla…

Entre 1884 y 1887 vemos como encargado de las obras a Antonio Hernández Crespo.

En plena construcción del cementerio, entre junio y octubre de 1885, se declara una terrible epidemia de cólera en Murcia que desaconseja enterrar a los muertos por la enfermedad en los cementerios de la Puerta de Orihuela o La Albatalía debido a su proximidad a la ciudad. Por este motivo se decidió habilitar una parte del cementerio en construcción para enterrar a los fallecidos por el cólera. Previamente se procedió a la bendición del terreno el 14 de junio.

Cuando estaba a punto de inaugurarse el cementerio de Espinardo a mediados de 1886 el obispado se negó a firmar el texto previamente acordado con el Ayuntamiento por una serie de puntos en los que ahora no estaban de acuerdo como el de la titularidad.

Ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo el Ayuntamiento decidió abrir el cementerio pero el obispo recurrió a instancias nacionales y estas paralizaron la iniciativa municipal. Finalmente el obispo cedió y el cementerio fue bendecido el 6 de junio de 1887.

Pero como suele ser habitual el cementerio se inauguró pero las obras no estaban acabadas, faltaba por hacer la sala de autopsia, depósito de cadáveres..., amén de la fachada.

Tenemos que llegar hasta 1893 para que el Ayuntamiento se decida a acometer la construcción de la fachada. En este momento era arquitecto municipal Pedro Cerdán Martínez, y como tal, autor del proyecto presentado el 3 de agosto de 1894.  El Ayuntamiento con poco dinero en sus arcas aplazó el inicio de las obras hasta marzo de 1895. Aunque el plazo de realización de las obras era de cinco meses duraron más de un año recepcionando las obras en diciembre de 1896.

El costo final de la obra superó lo inicialmente presupuestado tardando el Ayuntamiento más de lo deseado, tres años, en liquidar las cuentas con el contratista.

Y esta es la breve historia del cementerio de Murcia que recientemente ha cumplido 132 años de historia.

Para profundizar en el tema aconsejo leer la tesis doctoral de Ana María Moreno Atance sobre el arte y la arquitectura de los cementerios murcianos.