27 diciembre 2019

EL PALACIO EPISCOPAL DE MURCIA

El primitivo Palacio Episcopal no se encontraba donde ahora lo vemos sino justo enfrente en la manzana que delimitan las calles Salzillo, Azucaque, Polo de Medina y la Plaza de Belluga. Un arco-pasadizo lo unía con la Catedral para que el obispo pudiese ir de un edificio a otro sin bajar a la calle.

Desde principios del siglo XVIII comienza a presentar problemas por lo que ya los obispos Belluga y Ruiz de Montes ya comenzaron a ver la necesidad de edificar uno nuevo. Pero fue el obispo Juan Mateo López y Sáenz quien el 28 de agosto de 1748 bendijo la primera piedra del nuevo palacio en unos terrenos cedidos por Fadrique Vicente de Toledo, Marqués de los Vélez, y en los que antes se encontraba el Palacio del Adelantado. Las obras se iniciaron por el Martillo, continuaron con la fachada de la Glorieta para finalizar con la principal de la Plaza de Belluga.

El 11 de mayo de 1752 el obispo se trasladó a las dependencias que primero quedaron concluidas del nuevo Palacio aunque este estaba sin acabar. Allí falleció cinco meses después. Pero su sucesor don Diego Rojas y Contreras no cejó en el empeño y consiguió acabar la obra en 1762.

El costado izquierdo del Palacio es medianero con la Cárcel eclesiástica y con el Seminario de San Fulgencio con los que tiene comunicación interior.

En el Martillo se instaló la Biblioteca Episcopal inaugurada el 8 de octubre de 1787.



No hay comentarios:

Publicar un comentario