22 diciembre 2019

PRIMERA BAJADA DE LA VIRGEN DE LA FUENSANTA A LA CIUDAD (1694)


Finales del siglo XVII. Era pastor de la diócesis desde 1685 el obispo don Antonio de Medina Chacón, personaje de tendencias dictatoriales y enfrentado al Cabildo catedralicio por su disparidad de opiniones en diversos asuntos, entre ellos, la competencia en la organización de procesiones.

En este ambiente nos encontramos cuando movidos por la sequía que asolaba el Reino se trasladó a la Virgen de la Arrixaca desde el convento de los agustinos a la Catedral.

Dado que la situación hídrica no mejoraba se estudió la posibilidad de retomar el tema de las rogativas por lo que el Cabildo pensó en bajar a la Virgen de la Fuensanta.

El 15 de enero de 1694 el obispo se enteró de las intenciones del Cabildo con la complicidad de los capuchinos. Inmediatamente fue advertido el Vicario de los Capuchinos de la negativa del obispo a dicho traslado; igualmente fue avisado de la prohibición el Cabildo y el Chantre a cuyo cuidado estaba la ermita del monte.

A pesar de todo la imagen se trajo a Capuchinos en la tarde del 16 de enero acompañada por una multitud de fieles. La procesión llegó al convento de Capuchinos (en el actual Barrio del Carmen) ya de noche y al día siguiente, después de Vísperas, fue trasladada a la Catedral.

Enterado el obispo excomulgó a algunos capitulares y al superior de los capuchinos y fueron privados de su facultad de confesar y predicar el resto de frailes aunque tras unas mediaciones les fueron retiradas las penas.

Tras el Setenario que se realizó en la Catedral, la Fuensanta fue devuelta en procesión al convento de los capuchinos presidida ahora por el obispo.

Parece ser que llovió e incluso nevó. Aunque en mayo la sequía persistía y se hubo de hacer nuevas rogativas primero con la Arrixaca y luego con la Fuensanta.

Un mes después se empezó a barrenar el cerro para iniciar la construcción de una nueva ermita que se concluiría en 1712. La fachada es de 1705 obra de Toribio Martínez de la Vega.

En 1702 hubo otro periodo de sequía y se volvió a las rogativas con la Arrixaca pero el 30 de diciembre fue devuelta a San Agustín sin que hubiese llovido. Se bajó a la Fuensanta depositándola en San Pedro y llovió copiosamente aumentando aún más el fervor de los fieles.

En 1731 fue llevada por última vez la Arrixaca a la Catedral y desde ese año la Fuensanta fue considerada única patrona de la ciudad.



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