Finales del siglo XVII.
Era pastor de la diócesis desde 1685 el obispo don Antonio de Medina Chacón,
personaje de tendencias dictatoriales y enfrentado al Cabildo catedralicio por
su disparidad de opiniones en diversos asuntos, entre ellos, la competencia en
la organización de procesiones.
En este ambiente nos
encontramos cuando movidos por la sequía que asolaba el Reino se trasladó a la
Virgen de la Arrixaca desde el convento de los agustinos a la Catedral.
Dado que la situación
hídrica no mejoraba se estudió la posibilidad de retomar el tema de las
rogativas por lo que el Cabildo pensó en bajar a la Virgen de la Fuensanta.
El 15 de enero de 1694
el obispo se enteró de las intenciones del Cabildo con la complicidad de los
capuchinos. Inmediatamente fue advertido el Vicario de los Capuchinos de la
negativa del obispo a dicho traslado; igualmente fue avisado de la prohibición
el Cabildo y el Chantre a cuyo cuidado estaba la ermita del monte.
A pesar de todo la
imagen se trajo a Capuchinos en la tarde del 16 de enero acompañada por una
multitud de fieles. La procesión llegó al convento de Capuchinos (en el actual
Barrio del Carmen) ya de noche y al día siguiente, después de Vísperas, fue
trasladada a la Catedral.
Enterado el obispo excomulgó
a algunos capitulares y al superior de los capuchinos y fueron privados de su
facultad de confesar y predicar el resto de frailes aunque tras unas
mediaciones les fueron retiradas las penas.
Tras el Setenario que
se realizó en la Catedral, la Fuensanta fue devuelta en procesión al convento
de los capuchinos presidida ahora por el obispo.
Parece ser que llovió e
incluso nevó. Aunque en mayo la sequía persistía y se hubo de hacer nuevas
rogativas primero con la Arrixaca y luego con la Fuensanta.
Un mes después se
empezó a barrenar el cerro para iniciar la construcción de una nueva ermita que
se concluiría en 1712. La fachada es de 1705 obra de Toribio Martínez de la
Vega.
En 1702 hubo otro
periodo de sequía y se volvió a las rogativas con la Arrixaca pero el 30 de
diciembre fue devuelta a San Agustín sin que hubiese llovido. Se bajó a la
Fuensanta depositándola en San Pedro y llovió copiosamente aumentando aún más
el fervor de los fieles.
En 1731 fue llevada por última vez la Arrixaca a la Catedral y desde ese año la Fuensanta fue considerada única patrona de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario