El 2 de enero de 1594 llegaron las reliquias a Murcia entrando
a la ciudad por la Puerta del Azoque escoltadas por fuerzas de los Tercios y
conducidas por fray Diego de Arce.
Se celebraron grandes fiestas con procesión, arcos
triunfales, altares, bailes y máscaras, así como autos sacros, justas poéticas,
sermones, toros y juegos de cañas.
El día comenzó con una misa mayor tras lo cual el obispo,
cofradías, gremios, ayuntamiento… marcharon a recibir a la comitiva que traía
las reliquias. Una vez recibidas, el obispo las puso sobre un altar, abrió el
cofre y sacó los tafetanes carmesí y verde en los que iban envueltos los huesos
de los dos hermanos; los besó, adoró y mostró al pueblo que postrado, los adoró
también.
Las reliquias volvieron a su cofre que fue llevado bajo
palio hasta San Antón. La procesión continuó por San Andrés, calle Cadena,
Puerta del Azoque, San Nicolás, Lencería y Santa Catalina. En esta plaza los
mercaderes habían levantado un arco triunfal y un gran escenario donde se
hicieron dos representaciones en honor de los santos.
Ese día san Fulgencio fue designado patrón de la ciudad (ahora lo es de la diócesis), dio nombre a la puerta de Cadenas de la Catedral por la que hizo su entrada en la misma y al Seminario.
Actualmente estas reliquias se encuentran a la derecha del Altar Mayor de la Catedral de Murcia, desde la posición de los fieles.
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