El miércoles 18 de septiembre de
1940 partió desde la estación ferroviaria de Murcia hacia Zaragoza, la
Peregrinación diocesana con la imagen de la Virgen de la Fuensanta acompañada
de numerosos peregrinos murcianos, autoridades y Ayuntamiento para rendir homenaje a la del Pilar en
conmemoración del 1900 aniversario de su aparición al apóstol Santiago.
A las seis y media de la tarde, a
los acordes del Himno de la Coronación, salía la imagen con su manto verde a la
plaza del cardenal Belluga donde sonó el Himno Nacional mientras que “millares
de brazos se extendían” mientras vitoreaban a la Patrona.
Tras una breve parada frente al
Ayuntamiento la procesión prosiguió por el Puente Viejo, Alameda de Colón y
Paseo Corvera hasta llegar a la estación.
La Virgen fue colocada en el
primer vagón del tren convertido en capilla, adornado con tapices y damascos.
A las 8 de la noche partía el
tren rumbo a Zaragoza vía Madrid entre el clamor del público que fue a despedir
a su Patrona.
Sobre las tres de la tarde del
día 19 llegó el tren a Zaragoza.
La Virgen de la Fuensanta fue
llevada en procesión presidida por el obispo de la diócesis hasta la Basílica
del Pilar entre vítores a Murcia y Zaragoza y aclamaciones a las patronas de
ambas ciudades.
Una vez en el templo ambas
imágenes fueron colocadas frente a frente mientras el obispo de Cartagena hacía
una ofrenda a la Virgen.
A las 8 de la mañana del viernes
20 se ofició misas simultáneas en todas las capillas del templo y se dio una
Comunión general para los peregrinos. A las seis de la tarde se rezó el Santo
Rosario.
El día 21, a las 10 de la mañana,
se celebró un solemne Pontifical en el Altar Mayor ante una multitud que
abarrotaba las naves de la Basílica.
Por la tarde, la comitiva
murciana visitó la Basílica de Santa Engracia donde se encuentran los restos de
la santa y de otros dieciocho mártires aragoneses. Desde esta iglesia los
fieles murcianos marcharon hasta el Pilar por las calles zaragozanas rezando el
rosario.
A las diez de la noche tuvo lugar
la Hora Santa ante la Patrona de Murcia, “un acto lleno, de fervor”.
El domingo 22 se produjo la
visita del Nuncio de Su Santidad monseñor Cicognani que oró ante la imagen de
la Morenica.
Y llegamos al final de la
estancia de la Patrona de Murcia en tierras mañas. El lunes 23 a las cinco y
media se despidió la Fuensanta de su anfitriona la Virgen del Pilar. Desde la
Basílica la imagen fue trasladada hasta la Facultad de Medicina. Antes de
partir, los peregrinos murcianos regalaron a la Pilarica un manto con el escudo
de Murcia con sus siete coronas.
A las tres de la tarde del martes
24 de septiembre parte por fin el tren que retornaría a la Fuensanta a Murcia.
Fue despedido por “autoridades civiles, militares, eclesiásticas, jerarquías del Movimiento y una gran masa de
zaragozanos”
A las once menos cuarto de la
noche el tren llegó a la estación de Atocha donde era esperado por una multitud
de fieles. La imagen fue bajada de su vagón y llevada a una capilla improvisada
en la estación. A las doce menos cuarto el tren puso rumbo a la capital del
Segura.
A las nueve de la mañana del
miércoles llegó por fin el tren a la engalanada estación de ferrocarril de Murcia.
Fue recibido por las autoridades y una multitud de murcianos dispuestos a
aclamar a su Patrona.
Desde allí fue llevada en
procesión hasta la Catedral por unas calles profusamente adornadas con treinta
y dos arcos de flores. Desde distintos puntos del recorrido le fueron arrojadas
flores así como desde varios aviones del Ejército que sobrevolaron la
procesión. Un repique de campanas de todas las iglesias de la ciudad se unieron
a la celebración así como una suelta de cien palomas a cargo de la Sociedad
Colombicultura.
El diario “Línea” cubrió la información de la peregrinación
durante todos los días que duró la misma.
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