20 septiembre 2019

PEREGRINACIÓN DE LA VIRGEN DE LA FUENSANTA A ZARAGOZA (1940)


El miércoles 18 de septiembre de 1940 partió desde la estación ferroviaria de Murcia hacia Zaragoza, la Peregrinación diocesana con la imagen de la Virgen de la Fuensanta acompañada de numerosos peregrinos murcianos, autoridades y Ayuntamiento  para rendir homenaje a la del Pilar en conmemoración del 1900 aniversario de su aparición al apóstol Santiago.

A las seis y media de la tarde, a los acordes del Himno de la Coronación, salía la imagen con su manto verde a la plaza del cardenal Belluga donde sonó el Himno Nacional mientras que “millares de brazos se extendían” mientras vitoreaban a la Patrona.

Tras una breve parada frente al Ayuntamiento la procesión prosiguió por el Puente Viejo, Alameda de Colón y Paseo Corvera hasta llegar a la estación.

La Virgen fue colocada en el primer vagón del tren convertido en capilla, adornado con tapices y damascos.

A las 8 de la noche partía el tren rumbo a Zaragoza vía Madrid entre el clamor del público que fue a despedir a su Patrona.

Sobre las tres de la tarde del día 19 llegó el tren a Zaragoza.

La Virgen de la Fuensanta fue llevada en procesión presidida por el obispo de la diócesis hasta la Basílica del Pilar entre vítores a Murcia y Zaragoza y aclamaciones a las patronas de ambas ciudades.

Una vez en el templo ambas imágenes fueron colocadas frente a frente mientras el obispo de Cartagena hacía una ofrenda a la Virgen.


A las 8 de la mañana del viernes 20 se ofició misas simultáneas en todas las capillas del templo y se dio una Comunión general para los peregrinos. A las seis de la tarde se rezó el Santo Rosario.

El día 21, a las 10 de la mañana, se celebró un solemne Pontifical en el Altar Mayor ante una multitud que abarrotaba las naves de la Basílica.

Por la tarde, la comitiva murciana visitó la Basílica de Santa Engracia donde se encuentran los restos de la santa y de otros dieciocho mártires aragoneses. Desde esta iglesia los fieles murcianos marcharon hasta el Pilar por las calles zaragozanas rezando el rosario.

A las diez de la noche tuvo lugar la Hora Santa ante la Patrona de Murcia, “un acto lleno, de fervor”.  

El domingo 22 se produjo la visita del Nuncio de Su Santidad monseñor Cicognani que oró ante la imagen de la Morenica.

Y llegamos al final de la estancia de la Patrona de Murcia en tierras mañas. El lunes 23 a las cinco y media se despidió la Fuensanta de su anfitriona la Virgen del Pilar. Desde la Basílica la imagen fue trasladada hasta la Facultad de Medicina. Antes de partir, los peregrinos murcianos regalaron a la Pilarica un manto con el escudo de Murcia con sus siete coronas.

A las tres de la tarde del martes 24 de septiembre parte por fin el tren que retornaría a la Fuensanta a Murcia. Fue despedido por “autoridades civiles, militares, eclesiásticas,  jerarquías del Movimiento y una gran masa de zaragozanos”

A las once menos cuarto de la noche el tren llegó a la estación de Atocha donde era esperado por una multitud de fieles. La imagen fue bajada de su vagón y llevada a una capilla improvisada en la estación. A las doce menos cuarto el tren puso rumbo a la capital del Segura.

A las nueve de la mañana del miércoles llegó por fin el tren a la engalanada estación de ferrocarril de Murcia. Fue recibido por las autoridades y una multitud de murcianos dispuestos a aclamar a su Patrona.

Desde allí fue llevada en procesión hasta la Catedral por unas calles profusamente adornadas con treinta y dos arcos de flores. Desde distintos puntos del recorrido le fueron arrojadas flores así como desde varios aviones del Ejército que sobrevolaron la procesión. Un repique de campanas de todas las iglesias de la ciudad se unieron a la celebración así como una suelta de cien palomas a cargo de la Sociedad Colombicultura. 

El diario “Línea” cubrió la información de la peregrinación durante todos los días que duró la misma.  



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