El 8 de septiembre ha sido siempre el día grande de la feria de Murcia y cuando se celebraba la corrida de toros más importante.
En ese día de 1959 se lidiaron 7
toros, uno para el rejoneador don Ángel Peralta y el resto para los espadas
Julio Aparicio, Antonio Ordóñez y Gregorio Sánchez.
A esta corrida asistió el Premio
Nobel Ernest Hemingway, ferviente admirador de Ordóñez al que acompañaba en sus
actuaciones siempre que le era posible. De él dice que “es el mejor. Su toreo
da la sensación de ser perfecto”.
En el breve espacio de tiempo que
estuvo en Murcia concedió una entrevista al periodista Ismael Galiana para “Línea”.
En esta reconoce su sufrimiento durante las corridas, “a los toros se va a
sufrir, no a divertirse”, calificando la lucha entre el toro y el torero como “mitológica
y bella por su fiereza”[1].
El día 9 volvió a torear Antonio
Ordóñez junto a Pepe Luis Vázquez y Curro Girón bajo la atenta mirada del
escritor norteamericano[2].