El 21 de abril de 1935, Domingo de Resurrección, a las 12 de la mañana, tuvo lugar en Murcia la inauguración del monumento al insigne músico murciano don Manuel Fernández Caballero en la plaza de Romea, obra del escultor murciano José Planes.
El acto se llevó a cabo
pese a que el monumento no estaba acabado en esa fecha. La parte superior del
mismo se hizo de madera y la ornamentación tampoco estaba acabada.
Al acto asistieron, entre
otras autoridades, el ministro de Estado, vicepresidente del Consejo de
ministros y diputado por Murcia, el cartagenero Juan José Rocha García; el
también murciano Antonio Dubois, director general de Bellas Artes; don Luis
Fernández Lapuente, hijo del homenajeado y don José Pérez Mateos, presidente de
la Comisión pro-monumento.
A la llegada del ministro
se interpretó el Himno nacional a cargo de la Banda de Música de Cruz Roja
ataviados con el traje de huertanos.
El acto comenzó con el
canto, por parte del Orfeón Fernández Caballero, del Himno a Murcia, de Jara
Carrillo y Ramírez. La parte femenina del orfeón vestían traje de huertana.
Tras esto toma la palabra
el señor Pérez Mateos, presidente de la Comisión promonumento, quien, tras
saludar y dar la bienvenida a los presentes, denunció la falta de medios
existente en España para que genios como Fernández Caballero pudieran alcanzar
cotas más altas en el panorama artístico mundial. Ofrece al alcalde el
monumento en nombre de la Comisión instando a continuar la senda con la
erección de otras estatuas a murcianos ilustres que carecen de ella como
Saavedra Fajardo o Salzillo.
Aboga por despertar el
espíritu dormido del murciano exaltando en los jóvenes el sentimiento
regionalista y el amor a su tierra.
Le sucede en el uso de la
palabra el Sr. Alcalde, don José Musso, que dice recibir emocionado el
monumento y da las gracias a cuantos habían hecho posible el nuevo monumento.
El acto continuó con las
palabras del hijo del homenajeado, don Luis Fernández Lapuente que en nombre de
la familia expresa su agradecimiento a cuantos han hecho posible el
levantamiento de este monumento, autoridades, Comité y público en general.
Recordó la última visita de su padre a la ciudad en 1903, en la que recibió, de
manos del alcalde, la medalla y el nombramiento de Hijo Predilecto que
posteriormente ofreció a la Virgen de la Fuensanta.
Seguidamente el
vicepresidente del gobierno descubrió el monumento, cubierto hasta ese momento
por una bandera nacional.
Finalizado el acto se
celebró un banquete en el Casino al que asistieron las autoridades y Comisión
promonumento.