El 14 de mayo de 1266 Alfonso X por un privilegio rodado, otorga al concejo
murciano un escudo y una bandera aunque no especifica cómo han de ser:
“Otrossi, por onrra de
la cibdat sobredicha de Murcia, damosles que ayan senna, et el conceio que
escoia un cauallero o un omne bono que la tenga, aquel que entendieren que sea
mas pora ello, et que este guisado de cauallo et armas.
Otrossi, les damos
seello de dos tablas, et tenemos por bien que las tengan dos omnes bonos quales
escogieren el conceio con consentimiento daquel que estudiere y por nos, et que
tenga el uno la una et el otro la otra”.
Del sello ha quedado reflejo tanto en plomo como en cera, en
ciertos documentos por lo que es conocido.
Juan Torres Fontes lo describe de la siguiente manera.
“En su anverso… una
orla exterior, con leyenda en tipo gótico que dice: CIVITAS MURCIE INCLITA ET
HONORATA DOMINIO REGNIS CASTELLE. En el
centro, una amplia panorámica del recinto exterior de la ciudad. En ella pueden apreciarse: el alcázar kibir;
una alta torre interior, que correspondía a alminar de la mezquita aljama; la
parte superior de una palmera situada en el interior del recinto; torres y
lienzos o cortina de la muralla, con dos puertas, y huecos o saeteras a
distinta altura en las torres exteriores.
En un primer plano: tres líneas sinuosas, que simbolizan al río Segura;
una noria, utilizada para abastecer de agua el alcázar y cuatro árboles, en
remembranza de los abundantes olmos existentes en el soto del río. Las crónicas y documentos del siglo XII
confirman la existencia real de cuanto se representa en esta imagen.
En el reverso de la
medalla se reproduce el escudo de la ciudad de Murcia en el siglo XIII y
primera mitad del XIV. Consta por tanto
de cinco coronas reales y a su alrededor, en tipo gótico, la leyenda: SIGILLUM
CONCILII NOBILIS CIVITATIS MURCIE”.
LA PRIMITIVA
BANDERA
Sobre la bandera, se entiende la dificultad de la
conservación de un paño del siglo XIII, no obstante, la ley XIII del título
XXIII de la segunda Partida dice sobre su diseño que:
“Otras y ha que son
quadradas, e farpadas en cabo, a que llaman cabdales. E éste nome han, porque non las deue otro
traer, si non cabdillos, por razón del acabdillamiento, que deuen fazer (…)
Otrosí las pueden traer concejos de cibdades o de villas”…
En la Ley XIV del mismo título XXIII dice:
“otra seña quadrada que
es más luenga que ancha, bien el tercio del asta ayuso, e non es farpada. E esta llaman en algunos lugares bandera”
De lo visto hasta ahora se deduce que la bandera pudo ser
como vemos a continuación:
Un paño rojo cargado con las cinco coronas y en la
misma posición relativa que en el sello.
LA SEXTA
CORONA
Pedro I, por privilegio dado en Ariza el 4 de mayo de 1361, concedió
a Murcia la sexta corona “para que
hayades mas voluntad de me servir vos e los que de vos vinieran, tengo por bien
que demás de las cinco coronas que vos haviedes en el vuestro sello y en el
vuestro pendon, que haya es una mas, así que sean seis coronas…”.
El 10 de julio del mismo año 1361 amplió con una orla de
leones y castillos para ambos símbolos.
«Bien sabedes en como por vos facer merced tove por bien
que como haviades cinco coronas en el pendon et en el sello, hoviesedes una
mas, en manera que fuesen seis. Et agora por vos facer mas bien et mas merced
por muchos servicios et buenos que fecistes et facedes cada día, tengo por
bien, que pongades en la orla de dicho sello, et pendón, leones et castillos en
cada nuno, et que los hayades por armas de oy adelante...».
El Ayuntamiento mandó hacer un nuevo sello de plata con los
cambios introducidos por Pedro I.
EL CORAZÓN
DE ALFONSO X
Parece que así quedó el escudo de la ciudad hasta que el 14
de febrero de 1575 el Ayuntamiento acordó pedir permiso a Felipe II para
incorporar el corazón de Alfonso X al escudo.
Se pide que “en el escudo e blasón
desta dicha Ciudad, que sienpre a tenido e tiene seis coronas de oro en canpo
roxo y los reales castillos e leones por armas e orla de onor, en el se ponga
un corazón”.
También decidieron timbrar el escudo con un coronel: “otrosí, dixeron que, como a todos es
notorio, una de las mayores preminencias que las ciudades cadeças de reinos
tienen es poner e traer encima e los escudos e blasones de sus armas una corona
grande que cubra todo el escudo, e porque esta Ciudad parece que respecto de
traer en el suyo seis coronas reales no a puesto el dicho coronel hasta ahora
todavía, pues que por ser como dicho es, cabeza e reino e tan principal le
pertenece, acordaron e proveyeron se ponga e haga la dicha corona, e en los
escudos que de aquí adelante se hicieren se use, y emiende en los demás fechos”.
Esto no debió autorizarlo el rey, pues los coroneles, según
su pragmática de 8 de octubre de 1586, solo podrían usarlos los duques,
marqueses y condes.
Sí autorizó que se
timbrase con corona real “para remediar
el gran desorden y exceso que ha habido y hay en poner coroneles en los escudos
de armas de los sellos y reposteros”.
LA SÉPTIMA
CORONA
Al finalizar la Guerra de Sucesión, el concejo murciano
solicitó a Felipe V “que a las seis
coronas que componían el blasón de su escudo de armas, pudiese añadir otra
corona real sobre un león y una flor de lis, unidos, zircundadas estas tres
cosas con este mote: Priscas, novissima exsaltat et amor”.
Esto fue concedido el 16 de septiembre de 1709 “exzepto en el punto de poner corona zerrada
en ellas”, pues la concesión fue de una corona real abierta, sobre un león
y una flor de lis unidos, circundadas estas tres cosas por el mote “Priscas
novissima exsaltat et amor”.
Pero no se hizo así, pues se colocaron el león y la flor de
lis unidos, circundados por el lema “Priscas novissima exsaltat et amor” ("Ensalzar y amar lo antiguo y lo nuevo"), y
sobre todo ello, la séptima corona.
ESCUDO
ACTUAL
La Real Academia de la Historia con fecha 21 de junio de 1968
describió el escudo de la ciudad de Murcia de la siguiente manera:
En campo de gules un corazón de este color, fileteado de oro,
y en torno a él la leyenda “Priscas novissima exaltat et amor” cargado de una
lis y un león del propio metal. Sumado de corona real y acompañado de seis
coronas, también de oro, en dos, en dos y dos; bordura de León y Castilla, en
sus esmaltes, en 16 componentes. Al timbre, corona real.
BIBLIOGRAFÍA:
LISÓN
HERNÁNDEZ, Luis: Priscas novissima exsaltat.
Tercer centenario del escudo de la ciudad. Pág. 9-13 El escudo concejil de Murcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario