29 enero 2021

CÁNOVAS DEL CASTILLO, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISTROS, VISITA MURCIA (1885)


En 1885, Murcia, como el resto de España, estaba sufriendo una terrible epidemia de cólera.

Deseoso de palpar la situación de Murcia, de la que era Hijo Adoptivo, el presidente del Consejo de Ministros Antonio Cánovas del Castillo acompañado por el ministro de la Gobernación Romero Robledo viajó hasta la ciudad el 24 de junio de 1885.

En la estación los esperaba una reducida comitiva oficial encabezada por el alcalde Sr. Gómez Cortina y un grupo de ciudadanos.

Desde la estación recorrieron diversas calles de la ciudad –Floridablanca, Alameda de Colón, Plano de San Francisco, Vidrieros, San Antolín, plaza de San Agustín, San Nicolás, San Pedro, Platería, Príncipe Alfonso y plaza de Belluga-, hasta llegar al Palacio Episcopal donde se alojaron.

Allí recibieron a diversas comisiones de la Audiencia, del Cabildo eclesiástico, del Ayuntamiento, Delegación de Hacienda, Gobierno civil…

El presidente del Consejo y su ministro trajeron una serie de promesas a los murcianos entre otras comenzar inmediatamente las obras públicas que estuviesen presupuestadas tales como el Palacio de Justicia proyectado por el arquitecto municipal señor Ibáñez. También hicieron una aportación económica de 15.000 duros del fondo de calamidades[1] que se repartirían entre Ayuntamiento, Diputación y Gobernador.

La mañana siguiente la dedicaron a conocer en persona los problemas de los murcianos. Visitaron la Cocina económica, el Hospitalillo y el campamento[2].

En la Cocina se elaboraban comidas que eran repartidas a las familias más necesitadas[3].

Después de la Cocina Económica visitaron el Hospital de coléricos. En el Hospitalillo Cánovas del Castillo dio 250 pesetas de su bolsillo para que fuesen distribuidas entre los enfermos, encargo que se cumplió repartiendo 5 pesetas a cada uno de los 50 enfermos que había entre agudos y convalecientes.

Por último, visitaron el campamento ubicado en la Sartén del Malecón. Allí, en casetas de madera y tiendas de campaña se refugiaban unas cuarenta familias[4]. En el campamento repartieron parte de las ropas que habían traído en varias cajas y fardos, consistentes en ropa blanca de hombre y de mujer, y para cama, colchones y mantas, todo donado por “caritativas y distinguidas madrileñas”[5].

A las cinco menos cuarto de la tarde salieron para Madrid, siendo despedidos en la estación por autoridades y amigos particulares y escasa concurrencia popular[6].

El tren hizo una parada de cinco minutos en Alcantarilla donde se apearon algunas autoridades

que habían partido desde Murcia. Desde allí continuaron el viaje hasta Cieza donde recibió un

cariñoso recibimiento.

El viaje continuó hacia Madrid haciendo paradas en Hellín, Tobarra y Chinchilla. Al llegar a Aranjuez el tren fue fumigado tarea que obligó a los viajeros a permanecer en la localidad varias horas[7].

 


Fuentes:

El Diario de Murcia, 25/6/1885 https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/viewer.vm?id=0000135953&page=1&search=canovas%20del%20castillo&lang=es&view=hemeroteca

 

El Diario de Murcia 26/6/1885

https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/viewer.vm?id=0000135958&page=1&search=&lang=es&view=hemeroteca

 

La Paz de Murcia 26/6/1885

https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/viewer.vm?id=0000664717&page=1&search=&lang=es&view=hemeroteca

 

El Diario de Murcia 28/6/1885

https://www.archivodemurcia.es/p_pandora4/viewer.vm?id=0000135968&page=1&search=&lang=es&view=hemeroteca

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] El Diario de Murcia 28/6/1885

[2] La Paz de Murcia 26/6/1885

[3] El Diario de Murcia 26/6/1885

[4] El Diario de Murcia 26/6/1885

[5] La Paz de Murcia 26/6/1885

[6] El Diario de Murcia 26/6/1885

[7] El Diario de Murcia 27/6/1885


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