Las
Carmelitas Descalzas es una orden religiosa que surge en Murcia por especial
empeño de un canónigo de la Catedral, don Alejandro Peinado y Bocio.
Este
sacerdote, miembro de una acaudalada familia murciana, tenía un gran interés porque
hubiese en su ciudad un convento con la regla Carmelitana por lo que
acondicionó unas casas de su propiedad en la calle de las Pilas (actual
Sagasta) para habilitarlas como convento e iglesia.
Tras
vencer muchos obstáculos recibió por fin el permiso del rey Fernando VI
mediante un Decreto Real de febrero de 1749 en el que se concedía "Que sin embargo de lo representado por el Consejo, ha resuelto su Majestad dar su licencia para que se funde el mencionado convento, sin restricción ni condición alguna".
Una
vez finalizadas las obras y con todos los permisos concedidos se constituyó la
comunidad el 24 de marzo de 1751 con monjas procedentes de diversos conventos
(Daimiel, San Clemente, Caravaca…).
El
Manuscrito de Rocamora nos describe cómo “entraron
en esta ciudad las fundadoras de Monjas Teresas: Vinieron de La Mancha, pararon
en el convento de Santa Isabel, y desde este el día 24, fueron a su nuevo
convento en una lucida procesión. El día 25 se dijo la primera misa y se llevó
de la catedral a S.D.M. (Su Divina Majestad)”.
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