22 enero 2020

IGLESIA DEL CARMEN (1721-1769)


Para iniciar la historia de la actual iglesia del Carmen hemos de retrotraernos hasta mediados del siglo XV cuando el obispo Diego de Comontes, el 1 de agosto de 1451 cedió unos terrenos para erigir una ermita que sabemos con certeza que ya estaba levantada en 1584 en honor a San Benito.

Ese año dos regidores del ayuntamiento visitaron al Provincial de la Orden del Carmen en Córdoba y como consecuencia, varios religiosos se instalaron en Murcia fundando la primera casa convento en esa misma ermita el 20 de marzo de 1586, dado que los agustinos no los querían como vecinos en San Andrés (llegaron a asaltarles el convento).

En 1634 se llevaron a cabo reformas ampliando sus dependencias.

Pero la noche del 14 de octubre de 1651 una fuerte riada conocida como la de San Calixto derribó el convento de carmelitas. Frutos Baeza lo cuenta así:
"tras dos días de incesante lluvia llegó Sangonera, hecho desfrenado mar; hinchóse bravamente el Segura hasta cubrir los ojos del puente, a cuyo obstáculo, afluyendo y azotándose unas con otras las olas se arrojaron furiosas por el Carmen y Capuchinos... estuvieron sitiados por el agua, sin humano remedio".

Años después y recuperados de la tragedia se continuó con la urbanización de la zona; se diseñó una alameda que uniría el puente sobre el río con la iglesia gracias a los acuerdos municipales de 1679 y 1681.

Pero el 18 de abril de 1721 fray Juan Álvarez Balderas, el prior de la comunidad manifestó la necesidad de construir una nueva iglesia. Para ello pidió unos terrenos en la actual Alameda de Capuchinos que el Ayuntamiento les cedió.

La bendición y colocación de la primera piedra se realizó el 14 de septiembre de 1721, día del Dulce Nombre de María. El acto fue llevado a cabo por el Vicario General de la Diócesis, Francisco Fernández.[1]

Las obras se paralizaron el 28 de enero de 1745, durante 16 años por falta de solvencia económica de la comunidad.

El 10 de enero de 1761 las obras se retomaron y se estuvo trabajando hasta junio de 1767 a cargo de la comunidad por lo que la Orden quedó endeudada en 80.000 reales.

A principio de julio el matrimonio Felipe García Ros y Catalina Faz Ros decidió dedicar su fortuna en la finalización del templo y costeando un órgano obra de Matías Salanova y las pinturas murales obra de Pablo Sistori el mismo que pintó las paredes de Santa Eulalia.



Con este gran avance económico en 1769 las obras están terminadas. El 2 de julio el obispo celebró la primera misa en la iglesia.

Se hizo iglesia y convento aunque de este último solo queda la fachada que se puede observar a la izquierda de la iglesia.



[1] Fuentes y Ponte. España Mariana (1882). Parte tercera. Pág. 4

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