Para iniciar la historia de la actual
iglesia del Carmen hemos de retrotraernos hasta mediados del siglo XV cuando el
obispo Diego de Comontes, el 1 de agosto de 1451 cedió unos terrenos para
erigir una ermita que sabemos con certeza que ya estaba levantada en 1584 en
honor a San Benito.
Ese año dos regidores del ayuntamiento
visitaron al Provincial de la Orden del Carmen en Córdoba y como consecuencia,
varios religiosos se instalaron en Murcia fundando la primera casa convento en
esa misma ermita el 20 de marzo de 1586, dado que los agustinos no los querían
como vecinos en San Andrés (llegaron a asaltarles el convento).
En 1634 se llevaron a cabo reformas
ampliando sus dependencias.
Pero la
noche del 14 de octubre de 1651 una fuerte riada conocida como la de San
Calixto derribó el convento de carmelitas. Frutos Baeza lo cuenta así:
"tras
dos días de incesante lluvia llegó Sangonera, hecho desfrenado mar; hinchóse
bravamente el Segura hasta cubrir los ojos del puente, a cuyo obstáculo,
afluyendo y azotándose unas con otras las olas se arrojaron furiosas por el
Carmen y Capuchinos... estuvieron sitiados por el agua, sin humano remedio".
Años después y recuperados de la tragedia
se continuó con la urbanización de la zona; se diseñó una alameda que uniría el
puente sobre el río con la iglesia gracias a los acuerdos municipales de 1679 y
1681.
Pero el 18 de abril de 1721 fray Juan
Álvarez Balderas, el prior de la comunidad manifestó la necesidad de construir
una nueva iglesia. Para ello pidió unos terrenos en la actual Alameda de
Capuchinos que el Ayuntamiento les cedió.
La bendición y colocación de la primera
piedra se realizó el 14 de septiembre de 1721, día del Dulce Nombre de María.
El acto fue llevado a cabo por el Vicario General de la Diócesis, Francisco
Fernández.[1]
Las obras
se paralizaron el 28 de enero de 1745, durante 16 años por falta de solvencia
económica de la comunidad.
El 10 de
enero de 1761 las obras se retomaron y se estuvo trabajando hasta junio de 1767
a cargo de la comunidad por lo que la Orden quedó endeudada en 80.000 reales.
A
principio de julio el matrimonio Felipe García Ros y Catalina Faz Ros decidió
dedicar su fortuna en la finalización del templo y costeando un órgano obra de
Matías Salanova y las pinturas murales obra de Pablo Sistori el mismo que pintó
las paredes de Santa Eulalia.
Con este
gran avance económico en 1769 las obras están terminadas. El 2 de julio el
obispo celebró la primera misa en la iglesia.
Se hizo
iglesia y convento aunque de este último solo queda la fachada que se puede
observar a la izquierda de la iglesia.
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