Fundada en
1477 por el regidor de Murcia Pedro de Calvillo Carrillo para enterramiento de
sus familiares. La decisión de realizar las obras se tomó en 1400.
En un
principio la capilla se llamaba de “la Concepción” por un lienzo que se
encuentra en su ático.
A principios
del siglo XVII la capilla fue comprada por el Cabildo quien, tras la canonización
de Fernando III (4-2-1671) por Clemente X, se la dedicó a este nuevo santo.
Conserva el
arco gótico de la entrada.
La crucería
original de la bóveda es anterior a 1477; es una bóveda con cuatro nervios sin
clave.
La capilla fue
ampliada hacia el fondo, hacia lo que era la mezquita, como se ve en la media
bóveda añadida.[1]
No fue
alterada en su estructura, pero sí adornada con un grueso baquetón que recorre
las dos paredes laterales, con sendos florones de follaje en el centro de cada
paño.
Retablo rococó
del siglo XVIII con imagen anónima de San Fernando, en madera tallada, y
policromada por el pintor murciano Nicolás Villacís (1650-1690). La imagen fue
enviada en 1675 (según la placa que hay en la propia capilla), en 1676 (según
Pedro Ortín) o en 1677 por la reina madre Mariana de Austria, viuda de Felipe
IV y madre de Carlos II.
Sobre el
retablo, hay un cuadro de la Inmaculada del siglo XVII que dio nombre a la
capilla durante muchos años como hemos dicho anteriormente.
En las paredes
laterales vemos dos marcos barrocos dentro de los cuales hay sendos cuadros de Santa
Teresa y de la Santísima Trinidad coronando a la Virgen (ambos del siglo
XVIII).
En la reja hay
tres escudos policromados. El que está a la izquierda del espectador pertenece
a los linajes Lucas y Guil. El escudo de la derecha es de los Carrillo y
Calvillo. El central tiene una inscripción en el reverso que dice VILLAFAÑES.
Está coronada por una cruz de cuatro brazos.
En el ático del
retablo sobre el lienzo de la Inmaculada hay otro escudo que reúne los de los
Lucas, Guil, Vargas, Verátegui y Carrillo-Calvillo.[2]
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